Societat Doctor Alonso convierte La Mutant en un baño turco de experimentación escénica

Societat Doctor Alonso convierte La Mutant en un baño turco de experimentación escénica

Hammamturgia es una obra coreográfica que permite a los espectadores participar en la construcción de un espacio

La compañía Societat Doctor Alonso ha titulado su nueva obra coreográfica con un neologismo que funde las palabras dramaturgia con baño turco, Hammamturgia. Esta palabra inventada liga un espacio de pensamiento con un espacio físico. Si la dramaturgia es la acción de crear, la hammamturgia hace referencia a las condiciones atmosféricas que producen la transformación de la obra. La propuesta experimental, que trabaja sobre la danza, el teatro y la pintura, se instala los próximos 22 y 23 de octubre en La Mutant.

Societat Doctor Alonso es una plataforma escénica de investigación y producción creada por el director y dramaturgo barcelonés Tomàs Aragay y la coreógrafa y bailarina ilicitana Sofia Asencio. Entre las claves fundamentales del lenguaje que la pareja ha construido destaca la idea del desplazamiento. A la compañía le interesa indagar en las modificaciones que situar algo fuera de su lugar, ámbito o espacio propio provoca tanto en la gramática constitutiva de las obras como en la percepción de los espectadores. Hammamturgia no es una excepción.

Con esta creación de artes vivas, la pareja explora la noción de la transformación del espacio cuando diferentes cuerpos están en él simultáneamente. La Mutant se convierte así en un gran campo de acción, lleno de humor, paradojas y belleza, donde se explora la relación de la audiencia con las obras de arte que ve y experimenta.

La noción de código abierto

En las investigaciones y creaciones de Aragay y Asencio siempre se trabaja con la noción de código abierto. Esto quiere decir que la compañía trabaja con unas pautas o reglas internas que se delimitan conceptualmente a través de la práctica. Como resultado, durante las representaciones, el público pasa por un estado de incertidumbre, ya que la comprensión de la obra se muestra de alguna manera encriptada por ese código. La llave se halla dentro de la propia obra. El espectador tiene que adentrarse en ella para poderla descifrar.

En esta ocasión, el código girará alrededor de las ideas de hammamturgia y ambiente, y el resultado será legible para el público, pero también dejará espacio para su imaginación. La pieza es una sucesión de acciones que no cuenta nada ni emplea la palabra, sino que propone y activa transformaciones.

El espacio mismo se irá construyendo durante la acción, a la vista de los y las asistentes. De hecho, la compañía cuestiona la idea del espectador como un simple observador neutral. Juntos irán transformando el teatro poco a poco, suavemente, en otro sitio. “Este espacio no es más que un ambiente compartido en el que no se distingue un afuera de un adentro. Es sólo una membrana en la que respiramos y vivimos, al menos durante el tiempo que dura la representación, juntos”, avanzan los responsables de la plataforma.

La función será representada en el foso de La Mutant por Sofía Asencio junto con la artista plástica Beatriz Lobo, el bailarín y creador coreano Kim Kidows y Ana Cortés. El aforo está limitado a 50 personas por función.

VT