Pepa Gamboa dirige “EL FESTÍN DE BABETTE”

Pepa Gamboa dirige “EL FESTÍN DE BABETTE”

El Teatro Calderón de Valladolid en co-producción con SEDA presentan la obra “EL FESTÍN DE BABETTE”, a partir de un relato de Isak Dinesen.

Pepa Gamboa dirige EL FESTÍN DE BABETTE a partir de un relato de la autora danesa Isak Dinesen, con la versión de Antonio Álamo. Se trata de la primera adaptación teatral que se hace de la obra de Isak Dinesen.

EL FESTÍN DE BABETTE se estrenó el 17 de Febrero de 2017 en el Teatro Calderón de Valladolid.

La creación escénica se hizo a partir de un taller socioteatral impartido por la directora Pepa Gamboa en el Teatro Calderón de Valladolid. Ana Otero, María José Alfonso, María Garralón, Manuel de Blas, Francisco Lahoz y Javier Semprún y 16 actores no profesionales elegidos participan en el montaje.

Actores y actrices profesionales de larga trayectoria teatral darán vida a los personajes principales de la dramaturgia de Antonio Álamo y otros “no profesionales” harán ese efecto de extraña inclusión social que permite el teatro, en esta historia tan especial en la que la condición humana se esconde o se rebela a través de la gastronomía.

Otro teatro sin prejuicios en los colectivos, una verdad teatral que parte de la convivencia y el trabajo diario de lo cotidiano; una verdad sutil determinada por la edad madura de los personajes y actores que expresan esos años que están porque pesan… “seguimos siendo los mismos viejos que hace cincuenta años…”

El libro El festín de Babette (Babette’s Feast) fue publicado en 1958 dentro de la colección de cuentos Anecdotas del destino (Anecdotes of Destiny). En 1987 El festín de Babette fue llevada al cine por Gabriel Axel, siendo la primera película danesa en ganar el Oscar a la mejor película en lengua no inglesa.

Sinopsis:

En una aldea de la costa danesa viven dos hermanas, hijas de un estrictor pastor protestante ya fallecido, acogen a una refugiada francesa, ex cocinera de un lujoso restaurante, que huye de París después de haber perdido familia y bienes durante la revolución comunera de 1871. Durante catorce años Babette sirve a estas dos hermanas solteronas y puritanas, austeras y consagradas a obras piadosas, que en memoria de su padre han renunciado a los placeres de este mundo. Hasta que un día Babette gana la lotería y -para sorpresa de las hermanas- les pide el favor de ofrecer a la comunidad una cena en la que degustarán los más exquisitos manjares de la cocina francesa.

El sencillo y pausado relato le sirve a la autora para contraponer dos formas de la espiritualidad y reflexionar de forma irónica sobre el sentido del sacrificio y el placer mundano. En un principio semejante banquete es visto con desconfianza por los miembros de la claustrofóbica comunidad e, incluso, les escandaliza. Pero Babette pone en el festín no solo su arte culinario sino que también sacrifica toda su fortuna. Aunque los doce comensales (un número de claras reminiscencias cristianas) han convenido recibir esos dones sin acusar placer alguno, el festín les lleva a una especie de catarsis. Las rencillas se diluyen; las frustraciones y sufrimientos se trascienden.

El festín de Babette tiene algo de última cena: el exuberante desfile de vinos y manjares produce en ellos una reconciliación en la que se celebra, por encima de cualquier otra cosa, la vida, inasible y fugaz.

Con El festín de Babette el Teatro Calderón afronta un proyecto de ese otro teatro, por recoger la expresión acuñada por José Monleón, donde, humilde y calladamente, tienen lugar revelaciones y revoluciones íntimas y personales. Un teatro donde, además de poner el acento en la intervención y/o la transformación sociales, se exploran nuevos acercamientos al hecho teatral, lo que acaba redundando en su singularidad, rasgo irrenunciable de toda pieza artística.

En efecto, esta producción cuenta con una serie de peculiaridades que la convierten en algo insólito y audaz. La más evidente es que se trata de la primera vez que uno de los cuentos de Isak Dinesen (1885-1962), seudónimo masculino de la escritora danesa Karen Blixen con el que publicó la mayoría de sus obras y alcanzó un reconocimiento unánime, tiene una adaptación teatral.

Naturalmente, la elección del relato –El festín de Babette– no es casual. Tras la exitosa y estimulante experiencia de «La Nave», el Teatro Calderón de Valladolid quería implicarse también con sus mayores, y la traducción escénica de este relato –en el que se celebra, por encima de cualquier otra cosa, la vida, inasible y fugaz– requería, por un lado, un amplio elenco de actores y, por otro, de actores de cierta edad, que fueron seleccionados tras unos talleres donde participaron más de sesenta mujeres y hombres de Valladolid. Pero, además, en un panorama donde a partir de cierta edad escasean los papeles, como si al cumplir años uno ya no fuera digno de encarnar o habitar pasiones, El festín de Babette constituía también una inmejorable oportunidad para reencontrarse con algunos de nuestros más veteranos actores y actrices, tan llenos de verdad y sabiduría.

En esta pieza se enfrentan dos mundos que no pueden ser más distintos, el de dos viejas beatas y una subversiva revolucionaria –Babette–, que confluyen por caprichos del azar en un pueblecito perdido de la costa noruega para, asombrosamente, ser bendecidos por la vida antes de marcharse de ella. Un hilo invisible une a estas criaturas: la dignidad de obedecer a su propio destino.

Porque cuando ya no sufrimos por lo que nos pasa –dice Babette en la versión escénica del cuento–, somos invencibles.

Antonio Álamo

FICHA ARTÍSTICA:

Autor Isak Dinesen
Dramaturgía Antonio Álamo
Dirección de escena Pepa Gamboa
Escenografía Antonio Marín
Iluminación Pedro Yagüe
Vestuario Ana Garay
Coreografía Andrea Isasi
Música Miguel Linares
Ayudante de dirección Joaquín Galán
Prensa María Díaz

Reparto: Ana Otero, María José Alfonso, María Garralón, Manuel de Blas, Francisco Lahoz, Javier Semprún.

Voz en off Vicky Peña de Karen Blixen

Producción: Teatro Calderón de Valladolid y SEDA producciones teatrales

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