Lluís Rivera: “Eso de que las películas no son nada sin contar una historia me pareció siempre una pamema”

Lluís Rivera: “Eso de que las películas no son nada sin contar una historia me pareció siempre una pamema”

El festival programa una retrospectiva a esta destacada figura del cine experimental español y le dedica íntegramente ‘Els quaderns de la Mostra’, que se recuperan en esta edición

La Mostra de València ha ido desgranando, dentro del marco de su 37ª edición, la filmografía de una de las figuras claves del cine experimental español, cuyos trabajos se han podido ver en los cines Babel en el ciclo Lluís Rivera. 50 años al margen. Un recorrido vital y profesional por medio siglo de imágenes a contracorriente, al que se une la publicación ‘Els quaderns de la Mostra’, que el festival dedica íntegramente al director con textos de Eduardo Guillot, Juan Miguel Company Ramón y Áurea Ortiz Villeta.

Como cuenta en ‘AutoBioFilmografía’ Rivera, su entrega al cine surgió después de volver del servicio militar: “Empecé en Novimag, un estudio que trabajaba en 16 mm y entonces entré en contacto con la gente del cine independiente, porque trabajaba con Seguí, y por allí pasó Casimiro, Gasset y otros. En la mili tuve una crisis personal, profesional y amorosa, pensé en darle una patada al mundo, pero con mi lenguaje, el del cine. Así surgió ‘Piensa que mañana puede ser el primer día del resto de tu vida’, una primera película inspirada en ‘La metamorfosis de Kafka’”.

Alejada de los circuitos comerciales, modas y tendencias, la obra de Lluís Rivera (Valencia, 1947) se sustenta en una experimentación constante: “Eso de que las películas no son nada sin contar una historia me pareció siempre una pamema. A mí me parecía que las películas pueden ser millones de cosas, como la ebanistería, como la sastrería: No necesariamente tienes que hacer trajes para la ópera para ser un entusiasta de la costura. Evidentemente, en mi primera obra el nivel de experimentación era escaso, pero luego llegó ‘Travelling’, y entonces ahí lo rompí todo…”. Una obra que se filma a sí misma y que formó parte del ciclo ‘Cine experimental y de vanguardia’ que proyectó en 1983 el Centro Pompidou de París y las Filmotecas de Madrid, Barcelona y Zaragoza, y que fue incluida en ‘Del éxtasis al arrebato’, una selección de los trabajos más relevantes del cine español de vanguardia editada por el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona y proyectada en espacios como el Museo Reina Sofía de Madrid, el Australian Centre for the Moving Image de Melbourne o la National Gallery of Art de Washington. “’Travelling’ no tiene coartada alguna que la justifique. Esto es lo que hay y es como es. Como el porno, que no tiene que ser policíaco, ni tiene que haber familia, ni un padre que te ha tratado mal en la infancia. Vamos a lo que vamos y chimpún”, explica Rivera. 

La llegada del cine digital acentuó la autonomía de este eslabón perdido con títulos como  ‘Bé inmaterial’ o ‘Vis a vis’, entre otros muchos: Todos los filmes que he hecho en la etapa de mi jubilación los puede hacer cualquiera, puede montarse una película con sus viajes, con lo que tenga grabado y organizarlo. Otra cosa es si luego interesa el resultado. Puedes hacer todo lo que se te ocurra, y si ves que no le interesa a nadie, lo guardas en un cajón donde dice ‘paridas que he ido almacenando’, un cigarro que se apaga solo, un cenicero que se llena de colillas hasta el tope. Y puedes encontrar lo que encaje. Yo creo que en muchas de mis películas he encontrado muy bien, valga la petulancia, el encaje”.

Aunque Rivera nunca hizo un largometraje, sí hubo, sin embargo, algunos proyectos en mente: “En los 80, pensé en una historia sobre el maestro Cayetano Ripoll, que fue el último ejecutado por la Inquisición. También tuve en mente hacer un largo sobre la invasión francesa, planteando qué hubiera pasado si todos hubiéramos sido franceses, y cosas así de peregrinas”, asegura.

El cine sigue siendo para Lluís Rivera un elemento esencial en su vida: “Voy al cine cuatro o cinco veces por semana. Cuando han pasado unos años, en general, no me de acuerdo de nada de las películas que he visto, así que las vuelvo a disfrutar como un niño con un juguete nuevo”. Respecto al cine actual, “estoy abierto a todo, pero encuentro menos cosas arriesgadas o experimentales de las que había cuando era joven. Ahora no hay garrels, no hay herzogs, no hay wenders, ya no queda casi nadie. En general, mirando hacia atrás sin ira”.

Los espectadores de la Mostra están disfrutando de la proyección de cerca de una veintena de títulos de Rivera, muchos de ellos proyectados únicamente en los cineclubs de los años setenta y ochenta. Una oportunidad única para ver  ‘Personajes para una historia’, ‘Una jornada más’,   ‘ Sólo una vez al año’, ‘La visita’, ‘El vuelo del moscardón’ o ’40 años con el culo al aire’.

La 37ª Mostra de València – Cinema del Mediterrani, que se celebra hasta el 30 de octubre, cuenta con la colaboración del Institut Valencià de Cultura (IVC), Rambleta, València Film Office, Barreira Arte + Diseño y À Punt Mèdia como medio oficial.  


VT